La frescura del café, todo su potencial de aroma y sabor, dependen especialmente del tiempo transcurrido desde el tueste. Durante este proceso los aceites del café salen a la superficie y el grano comienza su degradación en un breve período de tiempo.
Este proceso degenerativo se acentúa al moler el cafe, ya que aumenta la superficie de cafe en contacto con el aire. Si en el cafe en grano el período óptimo de consumo es de hasta 30 o 40 días después del tueste, cuando está molido y una vez abierto es de hasta 8 horas, tiempo a partir del cual perderá más del 70% de sus propiedades aromáticas y de sabor.
El ritmo al que pierde sabor el café está asociado a la exposición del grano al oxígeno, la humedad, el calor y la luz. Al mismo tiempo el café libera gases, principalmente dióxido de carbono, durante los primeros días después de tostado, por la reacción de los azúcares del grano durante el tueste, mientras absorbe oxígeno perdiendo características de aroma y sabor.
Estamos acostumbrados a un café sin fecha de tueste, con fecha preferente de consumo larguísima y una molienda estándar, pero cuando el café es bueno y está fresco es cuando descubrimos el verdadero sabor del café, sus características y particularidades.
El café en grano mantiene su frescura por más tiempo. Si te gusta el café de especialidad bébelo siempre recién molido, con el ajuste de tamaño adecuado a tu preparación y disfruta de un aroma y frescura incomparables!